Duelo de revancha Reshevsky – Najdorf (Capítulo VII)

por ChessBase
04/02/2010 – Al vencer en la décimo sexta partida, Najdorf queda con una pequeña esperanza, con el resultado un punto de desventaja (7½:8½), con dos partidas por jugarse. Sin embargo, en la partida número diecisiete elige muy mal la apertura y permite que Reshevsky adopte la Variante del Cambio de la Defensa Eslava, que le otorga una pequeña pero duradera superioridad. Luego, el error estratégico de dejarse cambiar el peón de torre de dama por el peón de rey es definitivo: Reshevsky gana la partida y el duelo. La séptima entrega del estudio de Juan Morgado...

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Jueves, 4 de febrero de 2010

Duelo de revancha Reshevsky – Najdorf (Capítulo III)

Por Juan Morgado

16ª partida, 27 de junio

(16) Najdorf,Miguel - Reshevsky,Samuel Herman [E59]
Buenos Aires match Buenos Aires (16), 1953
[Juan S. Morgado]
1.d4 Cf6 2.c4 e6 3.Cc3 Ab4 4.e3 c5 5.Ad3 0–0 6.Cf3 d5 7.0–0 Cc6 8.a3 dxc4 9.Axc4 Axc3 10.bxc3 Dc7 11.a4 b6 12.Aa3 e5 13.Dc2 Ab7 14.Ae2 [14.Df5 e4 15.Cd2 Tad8 16.Dg5 Ca5 17.Aa2 Tfe8 Najdorf,M-Reshevsky,S/14a del match, Buenos Aires] 14...e4 [14...Cd7?! 15.d5 Ca5 16.c4‚] 15.Cd2 Ca5 [15...Tfc8 16.dxc5 Ce5 17.cxb6 axb6 18.c4 Ceg4 19.g3 De5 20.Db2‚; 15...Tfd8 16.dxc5 Ce5 17.cxb6 axb6 18.Tfd1² (18.h3 Dc6 19.Ab5 De6 20.Tfd1 h5 21.Cb3 (21.Cf1 Td3÷ Fuderer,A-Rabar,B/Zagreb) 21...Cf3+ 22.Rh1 Td3 23.Cd4‚ Secchi Vigneau,E-Suboticanec/Germany) ] 16.dxc5 bxc5 17.c4! Tfe8 18.Tfd1 Tad8 19.Cf1 h5?! [19...De5?! 20.Cg3‚; 19...Cd7 20.Cg3 g6 21.Tab1²] 20.Cg3?! [20.Txd8 Txd8 21.Tb1 Aa6 22.Cg3 De7 23.Ab2 h4 24.Axf6 Dxf6 25.Cxe4±] 20...h4 21.Cf5 Ac8?! [21...h3 22.Txd8 Txd8 23.Td1 Txd1+ 24.Dxd1 hxg2÷] 22.Cxh4 Cc6 [22...g5? 23.Dc3 Ch7 24.Cg6! Txd1+ (24...f6 25.Txd8 Txd8 26.Ce7+ Dxe7 27.Dxa5+-; 24...fxg6 25.Ab2+-) 25.Txd1 f6 26.h4±] 23.Ab2 Ce5?! [23...Cb4 24.Dc3 Dc6÷] 24.Dc3?! [24.h3‚] 24...Txd1+ [24...g5!? 25.Txd8 (25.f4 exf3 26.Cxf3 Ce4„) 25...Dxd8 26.f4 exf3 27.Cxf3 Ce4©] 25.Txd1 Ag4?! [25...g5 26.f4 exf3 27.Cxf3 Ce4÷] 26.f3 Ah5?! [26...exf3 27.gxf3 Ah3 28.e4 Dc6©] 27.De1?! [27.Dd2 exf3 28.gxf3 Db7 29.e4 Db3 30.Axe5 Txe5 31.Cf5ƒ] 27...Db7? [27...exf3 28.gxf3 Db8÷] 28.Axe5 Txe5 29.f4 Axe2? [29...Te8 30.Axh5 Cxh5 31.g4 Cf6 32.g5 Cd7 33.Cf5±] 30.Tb1+- De7 31.fxe5 Cg4 32.e6! Axc4 33.exf7+ Axf7 34.Dg3 Dg5 35.Te1 Dh5 36.Tf1 Ch6 37.h3 Rh7 38.Df4 Ad5 39.Cf5 Cf7 40.Dc7 c4 41.Dd7 Aa8 42.Tf4 1–0
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Amílcar Celaya, Noticias Gráficas

Afirma Najdorf que la partida que ganó anoche resultó la mejor del match

¡No está muerto quien pelea! Najdorf, virtualmente vencido en el match por el Campeonato Mundial de Occidente, ganó anoche una partida magnífica, quizá la mejor de todo el encuentro. Y la ganó casi sin pensar: su reloj marcaba cerca de una hora de tiempo menos que el de Reshevsky. Se lo vio a Najdorf con amplia soltura y espontaneidad, rápido, tranquilo y sin nervios. Fue una gran producción, realizada –aparentemente al menos– sin el menor esfuerzo, con esa facilidad divina que caracteriza al genio. ¡Por la boca muere el pez!

Recordarán nuestros lectores las declaraciones que Reshevsky nos hizo sobre la anterior partida. A parte de manifestarnos que fue su obra maestra del match, el norteamericano nos dijo que su valor intrínseco radicaba en una innovación –13...A2C– en la apertura, que constituía un valioso mejoramiento a la Defensa Nimzoindia.

Nuestro representante no quedó conforme con estas declaraciones de su adversario, y analizó en su casa la posición –porque en ajedrez no cuentan tan solo las horas de juego, sino también las de análisis casero; de ahí el agotamiento del argentino–, para llegar a la conclusión de que el mejoramiento de Reshevsky no era tal, puesto que, respondiéndole bien, el norteamericano quedaba peor en todas las variantes, a pesar de su famosa jugada. Consultó con Najdorf, quien le aconsejó que no permitiese a Reshevsky adoptar esa continuación contra la Defensa Nimzoindia, pues volvería a ser superado con holgura. Pero cuando Najdorf le mostró su contra-réplica, con 14.A2R!, Pilnik varió por completo su parecer, y le aconsejó todo lo contrario.

Nuestros lectores que sean ajedrecistas comprenderán de inmediato el profundo sentido estratégico de la innovación de Najdorf. Está vinculado a la fuerza relativa de los alfiles y de los caballos. Al jugador que conduce a estas últimas, le conviene cerrar la posición, pues los caballos son formidables en posiciones cerradas. Por lo contrario, a quien maneja los alfiles le conviene abrirla, porque con las diagonales despejadas, los alfiles resultan de una eficacia incontrastable. Es lo que Najdorf hizo en esta partida. Lo demás fue una maravillosa lección de táctica y estrategia, cuyo atento examen nos permitimos recomendar a todos los ajedrecistas del mundo, de Botvinnik, inclusive, abajo. Luego de 14.A2R, Reshevsky pensó 40 minutos su próxima jugada, y no halló una fórmula feliz. A partir de este momento, Reshevsky que es uno de los ajedrecistas más fuertes del mundo, comprendió de inmediato la inferioridad de su posición e hizo sus jugadas con una pausa desesperante. Desesperante para el público, porque nunca hemos visto a Najdorf más tranquilo. Nos dijo:

—Cómo no voy a estar tranquilo, si vencido como estoy, ya no tengo nada para perder—  

La jugada 40.D7A, así como la 35.T1R, fueron criticadas por los comentaristas. Aquí querían que respondiese 40.C7R, que también ganaba con facilidad, y en la 35ª hubieran preferido P3T. Nosotros no estamos de acuerdo con esas críticas, porque por ninguna de ellas se propusieron maniobras más rápidas ni más seguras que las quen escogió el Campeón Argentino. Respondimos a los comentaristas que ¨cada uno tiene su manera de matar las pulgas. Mientras las mate, nada hay que objetarle. Porque ahora resulta que no basta con que Najdorf gane, sino que es necesario, también, que gane como a cada uno de los espectadores se les ocurra... ¡y esto ya es demasiado! Terminada la partida, interrogamos a los dos adversarios, de los cuáles sólo nos respondió Najdorf, pues Reshevsky se excusó:

—Creo que es ésta la mejor partida del match, sobre cuyo resultado general soy, sin embargo, completamente pesimista. Este Gran Maestro me ha ganado dos matches –porque al que estamos jugando también lo considero perdido– y por lo tanto debería jugar mejor que yo. Sin embargo, no lo creo. Observen ustedes que mis cuatro triunfos se han producido después de un día de descanso. En pruebas de tanta responsabilidad yo no puedo jugar dos días consecutivos, porque al día siguiente de una partida no logro conciliar el sueño. Las piezas me siguen bailando por la cabeza. Reshevsky, que posee mejores nervios, puede hacerlo. La ventaja que esto implica es demasiado grande. Pero había que acelerar el match, porque los señores Bisno y Reshevsky tienen reservado su pasaje de retorno para el día 2 de julio, y así se hizo, porque los argentinos somos, antes que nada, hidalgos con los huéspedes— [Amílcar Celaya, Noticias Gráficas, 28 de junio de 1953]

Luis Palau, El Litoral (Provincia de Santa Fe)

Se impuso Najdorf en la partida de anoche

Anoche fue disputada la 16ª partida en el local de la Caja Nacional de Ahorro Postal. No resulta nada agradable para un ajedrecista jugar con la violencia de saber que un empate equivale prácticamente a una derrota. Precisamente ésta era la situación en que se encontraba Najdorf antes de empezar la partida. Hasta la jugada 13ª se desarrolló igual que la 14ª. En la siguiente movida el Campeón Argentino introdujo una evidente mejora en el procedimiento, pues colocó su A en 2R, para fiscalizar importantes casillas. Más tarde, cambiando dos peones en el flanco dama, quedó ejerciendo un buen dominio en las columnas abiertas, especialmente en la de dama, y con su AD mantuvo una constante presión sobre el PAD de las negras. Esto le proporcionó a las blancas posición preferible, viéndose obligado el norteamericano a maniobrar con mucha atención.

En su jugada 19ª meditó Reshevsky 40 minutos, ante lo delicado de la situación, decidiéndose por la iniciación de un contraataque a base de P4TR, lo cuál imprimió a la partida una interesante vivacidad y gran complicación. Tres movidas después, Reshevsky, en un intento de librar su posición, entregó un peón, pero fracasó ante el juego seguro que siguió desarrollando el Campeón Argentino, que con su excelente jugada 24ª mantuvo posición superior. A partir de ese momento, la situación de las negras se tornó desesperada, máxime cuando Najdorf ganó la calidad con una bonita maniobra de torre. Las últimas jugadas de las negras fueron hechas precipitadamente por el apremio del reloj, y la posición de Reshevsky se derrumbó totalmente. El brillante triunfo de Najdorf fue saludado por la concurrencia con sostenidos aplausos. [Luis Palau, El Litoral, 28 de junio de 1953]

El Mundo

Gana Najdorf la 16ª partida, e iguala otra vez las posiciones

El cotejo se inició a las 20 en el Salón de Actos Presidente Perón. Minutos antes de la hora señalada para comenzar el juego, el delegado de la Federación Tucumana, señor Salvador M. Quiles, hizo entrega de un banderín de recuerdo a los rivales. Najdorf hizo las 11 primeras movidas en un minuto, mientras Reshevsky empleó unos 20. tres movimientos después Najdorf jugó 14.A2R, tomando así el juego un camino diferente al de la partida 14ª, adquiriendo la lucha un sello peculiar desde ese instante. Las blancas quedaron en posesión del par de alfiles y de la gran diagonal negra. A esta altura del juego, las futuras acciones (Sic) eran favorables al Campeón Argentino, y en lo sucesivo, un avance del norteamericano en el flanco rey fue bien explotado por Najdorf, ganando un peón en la jugada 22ª, trasladándose a ese flanco la acción. [El Mundo, 28 de junio de 1953]

Carlos Guimard, Mundo Deportivo

Najdorf dictó las órdenes

En esta ocasión asoma el perfil vulnerable de la Defensa Nimzoindia en la variante de los cambios de peones. Najdorf juega tranquilamente para un final, y su rival observa que ahí vibrarán los alfiles blancos. No le conviene. Es bueno el retroceso 14.A2R, en lugar de D5A. ¿Por qué pasó por alto hasta ese día? Lo cierto es que el maestro norteamericano se siente preocupado. Medita nada  menos que 42 minutos para jugar 19...P4TR, y ya tiene sólo 30’ para las que restan. Najdorf ataca vigorosamente, ofrendando una pieza, presente envenenado cuya fuerza no captó Reshevsky, quien procuró reagrupar sus fuerzas para contraatacar. Pero el que dicta las órdenes es el campeón argentino. En pocos golpes gana la calidad y remata brillantemente. Esta es una de las mejores partidas del match. [Carlos Guimard, Mundo Deportivo nº 220, 2 de julio de 1953]

Crítica

El manager de Reshevsky elogia el apoyo de Perón a los deportes

En el hotel donde se hospeda, entrevistamos ayer al señor Alexander Bisno, manager del extraordinario jugador de ajedrez norteamericano Samuel Reshevsky, faltando ya únicamente dos partidas para finalizar este sensacional match. Comienza diciéndonos:

—Creo que Reshevsky tiene que ganar porque es mejor jugador que Najdorf. Al argentino le falta aún una puntita muy pequeña, por cierto, para llegar a igualar las posibilidades de juego y los recursos que tiene el norteamericano. Si reshevsky hubiera estado en su casa, con su familia, con su esposa, el puntaje final hubiera sido mucho mayor. Ello queda demostrado recordando el match anterior, donde reshevsky obtuvo 7 puntos sobre 8, lo que indica claramente cuál es su calidad como maestro—
—¿Cree usted en la posibilidad de un nuevo encuentro entre estas dos estrellas del ajedrez?—
—Najdorf insinuó que podría realizarse un nuevo encuentro, Claro que no hay nada concreto todavía, y Najdorf lo apuntaba como una simple posibilidad—
—¿Considera usted justo el resultado actual del match?—
—Totalmente. Además, debe tenerse en cuenta que Najdorf juega en su casa, lo que siempre reporta una ventaja. Por otra parte, creo que este score es ya definitivo, y que Najdorf no podrá recuperar los dos puntos en lo que falta del match, pues Reshevsky conquistará una de las partidas pendientes—
—¿Qué opina usted del ajedrez argentino?—
—En ajedrez la Argentina tiene el standard más elevado del mundo, con excepción de Rusia. EL hombre de la calle en Argentina tiene mucho más conocimiento del ajedrez que en Norteamérica—
—¿Está usted sastisfecho con la organización del match?—
—Sí. Destaco mi admiración por la labor que realiza el General Perón en favor de los deportes— [Crítica, 28 de junio de 1953] Reshevsky 8½:7½ Najdorf.

17ª partida, 28 de junio

(17) Reshevsky,Samuel Herman - Najdorf,Miguel [D13]
Buenos Aires match Buenos Aires (17), 1953
[Juan S. Morgado]
1.d4 d5 2.c4 c6 3.Cf3 Cf6 4.cxd5 cxd5 5.Cc3 Cc6 6.Af4 e6 7.e3 Ae7 8.Ad3 0–0 9.h3 b6 10.0–0 Ab7 11.Tc1 Tc8 12.Ce5 Cxe5 13.Axe5 a6 14.a4 Ad6 [14...Cd7 15.Ag3 Cb8 16.Axb8 Txb8 17.De2 Ta8= Smit,D-Zagorovsky,V/corr France] 15.De2 Axe5 [15...Ta8 16.f4²] 16.dxe5 Cd7 17.Axa6 Axa6 18.Dxa6 Cxe5 19.Tfd1² Ta8 [19...Cc4 20.Db5 Cd6 21.De2 Dh4 22.Cb5²] 20.Db5 Df6?! [20...Ta5 21.Db4 Cc6 22.Da3 Da8÷] 21.Ce2‚ h6?! [21...g5!?] 22.b3 Tab8 23.Cd4± g5 24.Cc6 Cxc6 25.Txc6 Tfc8 26.Txc8+ Txc8 27.Dxb6 Tc2 28.Tf1 Dc3 29.a5 Ta2 30.b4 Ta4 31.Tb1 Dc2 32.Db8+ Rh7 33.Tf1 Db3? [33...Rg7 34.De5+ Rg6 35.Dh8 Dd2 36.Dg8+ Rf6 37.Dh7 Re7 38.Dxh6 Dxb4 39.Dxg5+ Rd7 40.Dg7 Re7 41.h4 Txa5 42.h5±] 34.b5+- Txa5 35.Dc7 Txb5 36.Dxf7+ Rh8 37.Tc1 Tb8 38.Tc7 1–0
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El Mundo

Reshevsky es virtual ganador al vencer en la 17ª partida

En el club Argentino se jugó anoche la 17ª partida. Previamente, en la sesión de la tarde, Najdorf convino con su rival en declarar tablas la 13ª partida, y abandonó la 15ª, evitando una resistencia inútil. Con estos resultados, Reshevsky adquiría un punto de ventaja. Este cotejo congregó a una gran cantidad de aficionados, que siguieron las alternativas de la brega en los tres tableros murales que se habilitaron en los distintos salones, quedando a cargo de los comentarios varios maestros conocidos. Reshevsky planteó un Gambito de la Dama, que fue defendido con la Variante Eslava, siguiendo los cambios centrales.

Las primeras acciones favorecieron a las blancas, que eligieron a piacere el terreno donde se iba a librar el combate, actuando con una acción persistente en el ala de la dama, donde, luego de lograr una superioridad numérica de elástica movilidad que les aseguraba una final de grandes posibilidades, cedieron algún terreno en el centro y en su enroque, que sólo pudo ser batido por la dama negra y un caballo. Anulada la presión de las negras, se impuso la estrategia de las contrarias, adjudicándose la partida, y con ello el resultado favorable de este emocionante cotejo del tablero. Hoy a las 19 se jugará la última partida, en la Caja Nacional de Ahorro Postal. [El Mundo, 29 de junio de 1953]

Carlos Federico Juárez, Crítica

Reshevsky es el virtual ganador del match

El maestro norteamericano ha refirmado, por encima de los accidentes del match, su incuestionable capacidad, apuntalada por antecedentes harto conocidos. Lacónicamente, Reshevsky nos dijo al finalizar la partida:

—Ha sido un match difícil y fuerzas muy parejas. En esta partida Najdorf estaba obligado a forzar la partida, y pasó lo que pasó—
Najdorf, por su parte, señaló:

—Jugó mejor que yo y me ganó muy bien. No tengo nada que decir—

El lector está al tanto de los altibajos del match. Un ligero análisis de las partidas le dirá de los aciertos de uno y otro, y advertir que, mientras Najdorf no supo aprovechar las oportunidades, el vencedor no dejó pasar el más mínimo desliz. Era un duelo que desbordaba el tablero, y así es el ajedrez. No supone, como se piensa, un combate limitado a las 64 casillas del tablero. Requiere, antes que nada, un pleno dominio de las facultades, al amparo de las condiciones físicas. En este aspecto, Reshevsky privó siempre sobre Najdorf. Más dueño de sí, más firme, superó su comienzo discutible y se jugó entero en los tramos finales. ¡Bravo, maestro! Najdorf, que llegó a sacar ventaja, se vino literalmente abajo comido por sus nervios. Perdió el control y fue presa fácil.

Nunca se lo vio tan fuera de sí, tan desconocido, cometiendo errores de todo orden. Perdió varios kilos, y la serenidad indispensable para soportar la crisis del final. Magnífico fue el triunfo logrado anoche por Reshevsky contra la Defensa Eslava. Jugó con la sencillez y la clarividencia de un Capablanca. Su remate es maravilloso. ¡Nadie, sino él, la vio! Posiblemente, si Najdorf se hubiera resignado a su papel, la defensa, la tarea de Reshevsky no hubiera sido tan fácil, pero en esta partida incidió, no cabe duda, el fantasma del score.

Tarde se dio cuenta el Campeón Argentino que su rival no jugaba para tablas, porque cuando lo advirtió, estaba atrapado en la red de un tema tan claro como el agua. No vaya a suponerse que Najdorf atacó. Nada de eso. Quiso hacerlo, y su intención se agostó (Sic) en la maniobra de alquimista del genial norteamericano, quien avizoró el golpe mortal que surgía de la inmolación de sus peones. Es una maniobra instructiva, de problema. Fue el digno broche de oro de un ganador con todas las de la ley. Reshevsky mantiene, así, el título de Campeón del Mundo Occidental, cetro que, simbólicamente, defenderá en el match entre Rusia y Estados Unidos, cuando se enfrente en cuatro partidas con el Campeón Mundial Botvinnik. ¡Buena suerte, maestro! [Carlos Federico Juárez, Crítica, 29 de junio de 1953]

Carlos Guimard, Democracia

Más que con su rival, Najdorf jugó con la contra de tener que ganar

Najdorf jugó bajo una tremenda responsabilidad. Reshevsky tenía un punto de ventaja, y para nuestro campeón no existían alternativas: debía ganar, buscar la victoria a todo trance. Reconozcamos que jugar en esas condiciones es muy difícil. Ya en las primeras jugadas, Reshevsky demostró la elección de un camino simple y sólido. Planteó la Apertura de Dama, y Najdorf se defendió con la Eslava. Con el cambio de peones en la 4ª jugada, eligió una variante reconocida por la teoría como una de las más sólidas. Es cierto, limitó a Reshevsky sus aspiraciones, pero para él una tablas es bastante y es el mejor camino. Najdorf arriesgó, entregando un peón en el flanco dama a cambio de otro central, y esta maniobra significó prácticamente la entrega del alfil blanco. Reshevsky respondió de manera precisa, y demostró la inconsistencia del plan de las negras. Su ventaja en el centro, con las torres bien emplazadas y presión en el flanco dama, fueron elementos más que suficientes para provocar un pre-final de amplia ventaja. Las chances del blanco se mantuvieron claras y contundentes, logrando finalmente un magnífico triunfo. [Carlos Guimard, Democracia, 29 de junio de 1953]   

Amílcar Celaya, Noticias Gráficas

Reshevsky ganó la última partida, y con ello, el gran match

Sammy Reshevsky, ex niño prodigio, se adjudicó anoche la 17ª y penúltima partida de su match con Miguel Najdorf, y se adjudicó el título no oficial de Campeón Mundial de Occidente. Los lógicos rivales de Reshevsky son, pues, en este momento, los rusos. Ha habido injusticia. ¿Ha sido justo el resultado? ¿Demostró Reshevsky superioridad sobre Najdorf? Desde el punto de vista ajedrecístico puro, quizá no. Su técnica fría, aburrida al decir de Euwe, no es comparable a la desbordante imaginación del Campeón Argentino. Las veces que Reshevsky le ganó a Najdorf, lo logró en forma matemática, precisa, geométrica. En las que Najdorf le ganó a Reshevsky, el Campeón Argentino hizo vibrar todo el tablero, para emplear una expresión de ese genio del tablero que fue Alekhine. Cuando Reshevsky finalizaba sus partidas o las suspendía, se iba tranquilamente a dormir.

Najdorf, en uno y otro caso, se pasaba hasta altas horas de la madrugada analizando, preparando variantes de apertura, discutiendo, peleando por sus ideas ajedrecísticas. No dormía, y así se explica que su físico se haya resentido enormemente, que en cierto momento del match se creyera que no iba a poder concluirlo, y al final del cotejo, cada vez que se vio precisado a jugar partidas en días consecutivos, cumplió actuaciones muy inferiores no sólo a sus antecedentes, sino también a los de muchos ajedrecistas del país, cuya fuerza con relación a la de Najdorf es obvio comparar. Las partidas 14ª, 15ª y la de anoche no son de Najdorf. No son, no pueden ser de ese mismo esplendente ajedrecista que ganó maravillosamente la 2ª, la 12ª y la 16ª partidas.

Pero, desde otro punto de vista, el resultado ha sido justo. La competencia ajedrecística no es un problema de imaginación y talento exclusivamente. Es también un problema de nervios, de condiciones físicas, de fuerza de voluntad para mantener una rígida conducta antes, durante y después de las partidas. El ajedrecista de mayor visión y de inteligencia más brillante, puede ser vencido por quien no lo es tanto. De la misma manera que sería absurdo prodigar en un maratón las fuerzas físicas, también es absurdo, en un maratón mental, derrochar sin tasa ni medida las fuerzas intelectuales. Haya ganado por su sola capacidad ajedrecística o por sus nervios de acero, Reshevsky ha ganado. Y ha ganado en un país extranjero, rodeado por un público que, si bien lo trató con caballerosidad y consideración dignas de elogio, evidentemente no le era afecto. En estas circunstancias, sólo cabe prodigársele un rotundo aplauso, y decir una vez más: ¨Bravo, pequeño Sammy¨. No por nada el señor Reshevsky ha ganado todos los matches que ha disputado: contra Horowitz, Kashdan, Najdorf y Gligoric. Algo debe tener, pues, en su estilo seco y eficaz.

Reshevsky jugó anoche para hacer tablas. Puesto que llevaba un punto de ventaja en el score y faltando solamente dos partidas, con empatar conservaba la ventaja. Por eso eligió, contra la Defensa Eslava, la variante del cambio de peones, que quizá no ofrezca demasiadas perspectivas para las blancas, pero que no ofrece ninguna para las negras. Si éstas aspiran a hacer tablas, suelen lograrlo sin mayor dificultad, aunque no deben pretender más. ¡Y es esto, precisamente, lo que no quería Najdorf! Y éste es el problema que le planteó astutamente el norteamericano.

Terminada la lucha, y después de haber estrechado en primer término la mano que le tendió Najdorf, Reshevsky, sonriente y evidentemente muy satisfecho, recibió las felicitaciones de su gran amigo Alexander Bisno, de las autoridades del Club Argentino y de la FADA. El  público, que se hallaba dos pisos más abajo, sobre la calle Paraguay, también dio rienda suelta a su entusiasmo y admiración por el vencedor cuando Reshevsky, siempre metódico, se retiró, acompañado por Bisno, y luego de haber despachado un cable a Nueva York. Al interrogar al pequeño Gran Maestro norteamericano, éste se mostró más locuaz que la noche anterior. Nos respondió, sencillamente:

—La partida era tablas, pero Najdorf, por la situación del score, la quiso ganar a todo trance, arriesgó demasiado, y concluyó perdiéndola. El match fue una pelea muy dura, difícil y reñida. Tuve suerte—
—Pero, ¿es posible triunfar sólo con la suerte?—  
—No, también hice un poco de juego bueno—
Najdorf estaba desolado. Nos dijo:

—Hay que admitir que quien me ha ganado dos matches, juega mejor que y. No puedo dejar de reconocerlo. Pero, puesto que por temperamento soy muy franco, puesto que lo he sido siempre, me permitirán que lo sea también en esta ocasión: en lo íntimo de mi conciencia me resisto a creer en esa superioridad. No creería en ella, no sólo después de dos matches, sino tampoco después de 200 partidas, si advirtiese que la vez que he jugado descansado he vencido a Reshevsky, y generalmente en forma brillante. Lo más que reconozco en él es una técnica formidable. Pero su inspiración no se ha revelado en el presente encuentro superior a la que yo he podido demostrar en los hechos.

Es imposible jugar al ajedrez sin dormir, y yo, al finalizar una partida de responsabilidad, no duermo. Esta noche, por ejemplo, no voy a poder dormir. No sé, entonces, cómo jugaré mañana. Lamento, por lo tanto, que este match tan importante, en que estaba en juego el ajedrez del norte y del sur, no se haya jugado en condiciones de descanso normales para los dos adversarios— [Amílcar Celaya, Noticias Gráficas, 29 de junio de 1953] Reshevsky 9½:7½ Najdorf.

Mientras se desarrollaban estos acontecimientos, mientras Reshevsky vencía a Najdorf, mientras Amílcar Celaya publicaba sus notas nacionalistas, el panorama político del país se oscurecía. Por estos momentos, se desarrollaba un evento ajedrecístico muy diferente: el Torneo de Ajedrez de la Cárcel de Villa Devoto, y su campeón, Roberto Pagura,  recibía un diploma. 

Campeón de ajedrez de Villa Devoto

El día 15 de abril de 1953 me encontraba, junto a mi flamante esposa, en la estación Constitución, cuando nos enteramos que se estaba incendiando la Casa del Pueblo, ubicada en Rivadavia 2150, a tres cuadras del Congreso Nacional. Se trataba del edificio donde funcionaban el Partido Socialista, la Biblioteca Obrera y la imprenta de La Vanguardia, el periódico político opositor de mayor circulación en esos días.

¿Qué había pasado? Esa misma tarde había estallado una bomba mientras el General Perón hablaba a sus partidarios en la Plaza de Mayo. Según registran los diarios, lo que siguió fue el discurso de un irritado Perón, que al grito de
— ¡Leña, leña !— (que llegaba desde la plaza), contestó:
— ¿Por qué no empiezan ustedes a darla?— 

Llegamos al incendio en el momento en que las llamas devoraban por completo el edificio mientras los bomberos contemplaban pasivamente la escena. Atónitos y sin pronunciar una sola palabra, nos disponíamos a retirarnos cuando fuimos agredidos por un grupo de incendiarios de filiación nazi-fascista, quienes nos entregaron a la policía, que se limitó a conducirnos a una comisaría del Barrio de Congreso, donde –bien  tratados– pasamos la noche para ser trasladados al día siguiente a la dependencia Orden Político, y de allí a la cárcel, detenidos por contravenir un edicto policial: provocar desórdenes en la vía pública. `

Mi esposa sería alojada en el Asilo del Buen Pastor, establecimiento penal dirigido por monjas de esa congregación, que estaba ubicado en la calle Riobamba, frente al Colegio del Salvador. Allí tuvo como compañeras a las presas comunes, las habituales “mujeres de la vida” y a un grupo de detenidas políticas, entre las cuales se destacaba la presencia de la escritora Victoria Ocampo, las que un mes después pasarían a la cárcel de mujeres de la calle Humberto Primo, frente al parque Lezama.

Villa Devoto, uno de los más lindos barrios de Buenos Aires, da su nombre a la antigua “Cárcel de Contraventores” de la calle Bermúdez. A mí me tocó vivir en ella durante 93 días, desde el 16 de abril hasta el 17 de julio de 1953. Durante ese tiempo pasé por varias celdas colectivas (cuadros) a las que nos enviaban como una manera de mantenerlas limpias, pues los presos (un 80% de pobres comerciantes agiotistas y un 20% de presos políticos) se ocupaban de lavarlos a fondo cada vez que los mudaban.

Dentro de los presos políticos, los socialistas éramos mayoría, pero había también comunistas, radicales, y hasta el Doctor Paz Anchorena que había sido profesor universitario y Director de Cárceles durante el último gobierno conservador. Era el que nos suministraba fotos de mujeres semi-desnudas, que pegábamos en las paredes y los policías de las requisas nos robaban. Otro de los presos fue el Dr. Chicho Dellepiane Rawson, un abogado que nos entretenía todo el día contándonos sus muchas aventuras. Era hijo de Elvira Rawson de Dellepiane, la segunda médica recibida en el país. Supimos que él le había hecho varios juicios al gobierno, entre ellos el que acusaba a Perón de regalar los viajes de los asistentes a sus actos.

Como el edicto policial era por 30 días, cuando se cumplió el mes, me trasladaron en un celular de la policía hasta Tribunales, a disposición del Poder Ejecutivo Nacional (PEN). Quiso la casualidad que el celular pasara por el Asilo del Buen Pastor para llevar también a mi esposa, a la que yo no veía desde el 16 de abril. Estando en el camión  celular, en una estrechísima celdita, pedí permiso para ver a mi señora, que me denegaron, aduciendo que podría verla en Tribunales, donde volví a pedir  permiso al comisario, quien me preguntó:

—¿Por qué estás preso?—

Cuando le dije los motivos, me respondió:
 
—¡Entonces aguantate, por meterte en política!—

Y no pude ver a mi señora sino dos meses después, cuando quedamos en libertad por gestión de un familiar...
Nuestros nombres aparecieron en los diarios como detenidos “por difundir rumores alarmistas y estar vendidos al oro extranjero”. Eso representaba para nosotros una cierta tranquilidad, frente al riesgo que corrían los apresados secretamente –como me sucedió dos años antes– que iban a parar a la Sección Especial de la calle Urquiza, donde actuaban los más conocidos torturadores.

Ya ubicado en uno de los cuadros (celdas colectivas) de la cárcel de Villa Devoto, comenzó una nueva vida para mí. Los 150 detenidos triplicaban la densidad normal del lugar, pues a los presos políticos, tan culpables como yo, se sumaba una gran cantidad de comerciantes minoristas detenidos por agio y especulación. La mezcla de personas de diferentes oficios y costumbres daba lugar a las más pintorescas situaciones. Al pasar los días uno tras otro sin noticias de nuestra liberación, comenzamos a preguntarnos si no sería preferible una condena a plazo fijo que prolongar la espera indefinidamente.

Ciento cincuenta personas se organizaron para la limpieza, la preparación de la comida, la higiene personal, el descanso y la recreación, que asumía distintas formas: la lectura, la conversación y la práctica de algunos juegos y deportes. Tuve la fortuna de jugar, sin ningún brillo, algún partido de fútbol y de básquet, y después un Torneo de Ajedrez en el que participó una decena de aficionados. Yo había aprendido a mover las piezas a los 11 años, poco antes del Torneo de las Naciones de 1939, pero, salvo un exitoso desempeño en un torneo infantil, al ajedrez no lo practiqué por mucho tiempo fuera del ámbito familiar.

En el mismo cuadro se alojaba HH, un señor de quien se decía que era un muy buen jugador de ajedrez. Se trataba de un hombre, unos diez años mayor que yo, que revelaba su donjuanismo por las numerosas  jóvenes que lo visitaban, y decía ser un importante perseguido por la dictadura, cuya figura y manera de vestir y hablar acentuaban su fama de elegante seductor. No obstante, a quien parecía mi más peligroso adversario, logré derrotarlo en una buena partida y así conquistar invicto el Torneo de Ajedrez de la Cárcel, a la par que me ganaba su resentimiento por haberle despojado de parte de su notoriedad. Un conocido arquitecto se ocupó de confeccionar el diploma que me acreditaba como “Campeón de Ajedrez de Villa Devoto”, encabezado por un humorístico lema: “Las ideas no se matan, las chinches sí”, en alusión a la limpieza que hacíamos de las camas para erradicar esos bichitos.

[Relato del Arquitecto Roberto Pagura, noviembre de 2009. En la foto del diario La Prensa, figura por error como “Norberto”. Es el editor del conocido semanario Nuestro Círculo, que pronto llegará al número 400] (Foto Diario La Prensa, 16 de abril de 1955)

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El duelo Reshevsky vs. Najdorf en 1953

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