El estudio es de Christopher F. Chabris y Mark E. Klickman y tiene el título:
"Diferencias Sexuales del Funcionamiento Intelectual: análisis de una
cohorte grande de jugadores de ajedrez competitivos". Fue publicado en la
última edición de la revista
Psychological Science y cuenta con un resumen en Internet:
Solo el 1% de los Grandes Maestros son mujeres. Es muy poco probable que
esta infrarrepresentación esté causada por discriminación, porque las
valoraciones de rendimiento reflejan los resultados objetivamente. Usando
datos sobre el rendimiento de más de 250.000 jugadores de torneos, mayores de
13 años, investigamos varias explicaciones potenciales sobre el dominio
masculino en el ajedrez de elite.
Nos dimos cuenta de que:
a) los resultados de los hombres, en promedio, son superiores a los de las
mujeres, aunque más variables;
b) emparejando a chicos y chicas, mejoran y abandonan los torneos en niveles
iguales, pero hay más chicos que participan en competiciones y comienzan con
mejores rendimientos que las chicas;
c) en lugares donde como mínimo un 50 % de los nuevos jóvenes jugadores son
niñas, sus rendimientos iniciales no son inferiores a los de los niños.
Llegamos a la conclusión de que el mayor número de hombres en los niveles
altos del ajedrez pueden ser explicado porque son más los chicos que comienzan
a jugar al ajedrez en los niveles inferiores.
Para aquéllos de ustedes que, sin necesidad de hacerse con la revista,
quieran conocer la idea central de la tesis defendida por Chabris y Glickman, a
continuación les ofrecemos los aspectos más relevantes de la misma:
- Es posible que exista alguna diferencia innata en la capacidad de hombres
y mujeres en general en lo que concierne a la habilidad requerida para jugar
bien al ajedrez. Esta diferencia en media o en variabilidad no tiene por qué
ser grande; sin embargo, en la parte superior de la distribución, donde en los
jugadores de ajedrez funciona su capacidad espacial, una pequeña diferencia
causaría un gran salto en el nivel de juego. Lo llaman la "hipótesis de la
distribución de capacidad".
- La discriminación se podría mostrar en una diferencia en la participación
a través de diferentes estándares. Sin embargo, los autores explican que esto
no es un problema para este estudio particular porque en el ajedrez los
resultados se miden con objetividad. No se puede discriminar a alguien si su
género no se puede tener en cuenta en la evaluación de su rendimiento.
- Podría haber una tasa de abandono diferente entre muchachos y muchachas.
Igual número de muchachos y muchachas con capacidades similares podrían
comenzar la educación en el ajedrez, pero serían menos las muchachas que
llegarían a ser Grandes Maestras. Esto lo llaman la "hipótesis diferencial del
abandono".
- Podría ser que menos mujeres deciden por su propia cuenta participar en el
ajedrez. Si sobre todo son mujeres con poco talento las que deciden participar
en el ajedrez, por lógica habrá menos que logren alcanzar el título de gran
maestro. Lo llaman la "hipótesis de la tasa de participación".
Después de analizar los datos, Chabris y Glickman llegan a las siguientes
conclusiones:
- Hombres y mujeres se diferenciaron en su capacidad para jugar al ajedrez
en todos los grupos de edades, incluso teniendo en cuenta diferencias como la
frecuencia de juego (leer: el nivel de entrenamiento) o la edad. La disparidad
entre hombres y mujeres en la habilidad para jugar al ajedrez existe desde el
comienzo y persiste a través de todas las categorías de edad.
- No se ha encontrado una mayor variabilidad en los hombres que en las
mujeres. Si existe alguna, es la de que en la mayor parte de los grupos de
edades, las mujeres tienen una más alta variabilidad que los hombres.
- Mujeres y hombres no abandonan el ajedrez con más o menos frecuencia si se
tienen en cuenta en el análisis la habilidad y la edad. Por ejemplo, si
uno no juega bien al ajedrez, es más probable que deje de participar en
torneos, pero las chicas y los chicos que juegan igual de bien tienen la misma
probabilidad de dejar de jugar. Esto contradice la "hipótesis diferencial del
abandono".
- Si miramos el nivel de participación de las mujeres y lo ponemos en
relación con el rendimiento, resulta que en los casos donde el nivel de
participación de mujeres y hombres es igual, la diferencia en el rendimiento
desaparece.
En el blog científico
"Pure Pedentary", podrá encontrar una información más amplia y un foro de
discusión.
Traducción: Nadja Woisin