Perfeccione su ajedrez

por ChessBase
21/05/2005 – Manuel López Michelone acaba de publicar un libro de ajedrez sobre el análisis mental de jugadas y la retención de las posiciones futuras en el cálculo de variantes. Se han escrito muchísimos libros que estudian este asunto pero, Manuel se centra en uno en especial: cómo los diferentes ejercicios del ajedrez “a la ciega” nos pueden ayudar en el aspecto táctico del juego. Pretende ayudar al aficionado a dominar el tema quizá más difícil de dominar: el análisis mental de jugadas y la retención de las posiciones futuras en el cálculo de variantes. El MI Guil Russek ha escrito una pequeña crónica del mismo. La reseña del MI Guil Russek...

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PERFECCIONE SU AJEDREZ de Manuel López Michelone

Una reseña por GUIL RUSSEK, Maestro Internacional

Mi amigo y conocido colaborador en la página de chessbase en español Manuel López Michelone acaba de publicar un original libro en la editorial Selector: “Perfeccione su ajedrez”. Sin embargo, el título, que da a entender un manual técnico ordinario, no dice lo suficiente sobre el contenido del mismo ni de la intención del autor. Como ya hemos apreciado en sus diversos artículos, el estilo de Manuel busca ser “global”, con aspectos didácticos del ajedrez pero al mismo tiempo y dada su educación como físico, no olvida incluir nociones de índole científico siempre con un lenguaje sencillo, ameno y en ocasiones humorístico.

La presente obra pretende ayudar al aficionado en un tema específico del ajedrez que quizá sea el mas difícil de dominar: el análisis mental de jugadas y la retención de las posiciones futuras en el cálculo de variantes. Desde luego, se han escrito muchísimos libros que estudian este asunto pero Manuel se enfoca en uno en especial: como los diferentes ejercicios del ajedrez “a la ciega” nos pueden ayudar en el aspecto táctico del juego.


Vishy Anand en el Torneo Amber en Mónaco...

El libro, de fácil lectura, empieza con una introducción donde el autor plantea la idea general del libro y sigue con la historia del ajedrez a la ciega (menciona desde luego las famosas simultaneas de Najdorf en 1946 en Sao Paulo) y lo que han pensado y propuesto al respecto destacados jugadores, analistas y escritores salpicado con algunas curiosas experiencias personales de algunos de ellos. Los títulos de los apartados nos pueden dar una buena idea sobre el capítulo, llamado “ Aprendiendo a calcular (algunos métodos prácticos)”:

El método de Beliavsky, El método Tisdall, El método sueco, El método Slótnik, Kotov y Kopec, Una anécdota de Spassky, Seirawan y cómo incrementar la capacidad analítica, Jon Levitt acerca de Shírov, cada uno ilustrado con ejemplos muy aleccionadores. La sección acaba con ejercicios que el lector deberá resolver para adentrarse y “sufrir en carne propia” los problemas relacionados con el tema.


Miguel Najdorf

Veamos unos ejemplos del tipo de ejercicios propuestos por Slótnik (para resolver “a la ciega”):

Recitar todas las casillas de la diagonal a8-h1

¿en qué casillas se cruzan las diagonales a4-e8 y a8-h1?

¿Cuál es la ruta del caballo desde la casilla a1 a la casilla h8?

Blancas : Rf1 y Cc3; Negras: Rh1 y h3. Las blancas dan mate en dos jugadas.

Blancas : Rd5 y Td1; Negras: Rd8. Las blancas dan mate en tres jugadas.

Blancas : Rf7 y a6; Negras: Rb2 y a7. ¿Cómo ganan las blancas?

El siguiente capítulo trata un tema especial: Los patrones de reconocimiento en el ajedrez. En concreto se utilizan los “Patrones típicos de mate” y los “ Patrones típicos del medio juego” para explicar como funciona nuestra cerebro para intentar resolver por medio de una eficaz asociación de ideas los continuos problemas que se presentan en cada posición. El autor inserta posiciones típicas de mate y combinaciones con temas tácticos comunes (clavada, desviación, atracción etc.) para explicar con claridad sus ideas al respecto.

El libro sigue con el capítulo llamado “ Teoría y estudios al respecto del ajedrez a la ciega” donde esta vez el tema se muestra desde el punto de vista científico. Manuel nos presenta un resumen de las ideas de renombrados psicólogos que han usado ajedrez como herramienta para tratar de entender el funcionamiento de la mente y como hace para visualizar posiciones de forma dinámica y poder así “mover las piezas” de forma imaginaria. Alfred Binet concluye que:

El cerebro codifica las posiciones en el tablero no como fotografías mentales del mismo, sino como las relaciones que hay entre las piezas blancas y negras.


Shirov visualizando las posiciones de forma imaginaria

El jugador de ajedrez no ve el tablero como un todo. Ve pequeños pedazos o regiones del mismo. No observa todo el tablero completo.

No hay color en los escaques. El jugador a la ciega no los necesita.

La importancia del recuerdo de las piezas en el tablero depende de la influencia que tiene cada pieza en la posición de interés (de ahí las marcas sobre la gran diagonal y la columna a).

En el capítulo también se enfatiza la aportación del psicólogo holandés Adrian de Groot que en su obra clásica Thought and Choice in Chess analiza estas cuestiones con base a sus estudios y experimentos realizados a grandes jugadores de la época tales como Alekhine Euwe, Fine, Flohr y Keres. Una de sus interesante conclusiones es que “Los grandes maestros, comparados con los jugadores de club, no consideran, en general, un mayor número de jugadas o variantes. Su análisis es mejor en calidad que en cantidad. Dicho de otra manera, los jugadores débiles pasan más tiempo analizando jugadas malas, mientras que los jugadores fuertes analizan más tiempo las mejores jugadas. Parece éste un problema de percepción y no en poder de procesamiento”.

El libro finaliza con una sección de ejercicios prácticos de índole y dificultad diversa para estimular al lector a desarrollar sus facultades de “jugar a la ciega” y adquirir las cualidades que esto conlleva. Desde mecionar el color de determinadas casillas del tablero a encontrar las mejores jugadas de complejas posiciones, pasando por seguir mentalmente partidas completas. ¿Puede el lector seguir mentalmente la siguiente partida, reteniendo con claridad cada posición, analizando sus variantes más importantes?

Alekhine, A - Feldt, M

1.e4 e6 2.d4 d5 3.Cc3 Cf6 4.exd5 Cxd5 5.Ce4 f5 6.Cg5 Ae7 7.C5f3 c6 8.Ce5 0–0 9.Cgf3 b6 10.Ad3 Ab7 11.0–0 Te8 12.c4 Cf6 13.Af4 Cbd7 14.De2 c5 15.Cf7 Rxf7 16.Dxe6+ Rg6 17.g4 Ae4 18.Ch4 mate


Portada del libro (nótese el original reloj del diseñador gráfico de la editorial)

Para finalizar esta reseña, agrego mi propio prólogo al libro:

En el ajedrez las primeras preguntas que se hace el aficionado es cómo subir de juego y qué se debe estudiar realmente. Es fundamental, por tanto, contar con una guía adecuada para no gastar el tiempo en esfuerzos que no le aporten lo necesario e incluso lo puedan hacer sentirse fastidiado por las dificultades que se le presentan al no seguir un buen método de aprendizaje.

Los mejores entrenadores del mundo sugieren empezar por la parte táctica del juego. Saber calcular jugadas mentalmente y poder visualizar posiciones sin tenerlas físicamente en el tablero, es el primer paso para desarrollar el adecuado “lenguaje” ajedrecístico. Desde luego, se debe empezar con secuencias sencillas, donde la solución es encontrar mates o capturas de piezas en una o dos jugadas. Con mayor práctica, la mente se va acostumbrando a poder “mover” las piezas y a saber valorar las posiciones finales de cada variante de manera cada vez más eficiente. Esto equivale, en un sentido ajedrecístico, a “leer el futuro” de una partida y que nuestras decisiones inmediatas posean un buen sustento para evitar así desagradables sorpresas cuando la posición analizada de forma mental la tengamos presente en el tablero.


El autor del libro: Manuel López Michelone

Existen métodos ya muy bien comprobados para realizar dicha práctica: el más usual es resolver posiciones (que hayan salido de partidas reales), en libros y revistas especializadas. De esta manera, nos vamos familiarizando poco a poco con los temas tácticos y combinativos (es decir, donde aparecen variantes con sacrificios de material) más frecuentes. Conocer temas como el ataque doble, la clavada, la desviación, el bloqueo, entre muchos otros son indispensables para saber rematar las partidas a nuestro favor o bien salvar situaciones en apariencia sin esperanzas.

En la presente obra, Manuel López Michelone, jugador avezado y también experto en cómputo, tomando siempre en consideración lo anterior, aporta otra herramienta para ayudarnos a dominar este aspecto del juego. Propone el constante juego “a la ciega” (sin ver el tablero ni las piezas), como ayuda para el desarrollo de la visión táctica. Lo interesante de esta obra, más que la idea en sí, que como se verá ya ha sido sugerida anteriormente, es el trabajo de investigación sobre el tema dándonos un adecuado resumen de las opiniones de reconocidos entrenadores y connotados psicólogos. Además de un conciso repaso histórico, podremos leer amenas anécdotas que nos darán una buena visión general del asunto.

¿Cómo los grandes ajedrecistas logran visualizar mentalmente tantas jugadas y posiciones? ¿Qué cualidades mentales son necesarias para realizar estas proezas? ¿Son innatas o adquiridas dichas cualidades? ¿Cuáles son los métodos para desarrollar la facultad de jugar “a la ciega”? En fin, una serie de preguntas, interesantes desde varios ángulos, son analizadas en esta obra.

Pero esto no es todo. Al finalizar se proponen algunos ejercicios prácticos. ¿Puede decir el lector rápidamente de que color es la casilla f8? ¿y la b5? Esto quizá le puede parecer muy sencillo, pero ¿podrá reproducir una partida de 10 a 15 jugadas sin ver el tablero? o ¿jugar una partida más larga y poder memorizarla? Todavía más difícil, ¿se cree capaz de ver la jugada correcta en la posición final de una partida “a la ciega”? Y es que no es suficiente reproducir una partida sin ver el tablero, ¡lo importante es jugarla a un buen nivel!

Por último, quiero recalcar lo interesante que puede resultar este tipo de métodos en la enseñanza del ajedrez a niños y a principiantes como apoyo para ayudarles a desarrollar el rápido y permanente conocimiento intuitivo de las propiedades del tablero y las relaciones entre las piezas. Estoy convencido que el esfuerzo que hacen en jugar o resolver posiciones mentalmente los ayuda, no sólo con respecto a su nivel ajedrecístico, sino además (y esto es mucho más trascendente), a consolidar y mejorar capacidades intelectuales básicas tales como la memoria, las relaciones espaciales, el razonamiento lógico y el poder de concentración.

GUIL RUSSEK
Maestro Internacional

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