El poder de la mente

por ChessBase
02/09/2004 – El funcionamiento de la mente es aún una asignatura pendiente del conocimiento científico. Con el desarrollo de la informática nos hemos dado cuenta de que no influyen sólo complejos cálculos y razonamientos formales. Y el ajedrez no sólo no se ha sustraido a esos descubrimientos sino que se ha empleado como piedra de toque y elemento de investigación. Jairo Urías nos habla en una web del ajedrez y el desarrollo de la inteligencia emocional. Y les hemos planteado juegos sobre como la mente nos crea malas pasadas cuando interpreta mal nuestras percepciones. La parapsicología jugó un importante papel en el duelo entre Karpov y Korchnoi en Baguio, aunque sólo fuera como caballo de batalla con el que crispar el entorno del contrario. Hoy Manuel López Michelone nos habla de la controvertida teoría de los mensajes subliminales. Y además nos ofrece elementos prácticos para utilizarla en nuestro provecho en una especie de sofronización. ¡No tiene desperdicio!

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Mensajes subliminales

por Manuel López Michelone

 

Cómo pensar correctamente en una partida de ajedrez es quizás uno de los grandes afanes de los jugadores. Una partida de torneo es un intrincado alúd de las más diversas emociones. Un encuentro de ajedrez tiene no solamente las jugadas efectuadas, sino un sinfín de pensamientos que los jugadores involucrados tuvieron que experimentar. Desde luego que las emociones intensas son parte de una partida oficial. Los jugadores pasan por momentos difíciles, temores, fallas en el cálculo de variantes, falta de confianza en sí mismos, alegría cuando adquieren a ventaja y un especial gozo final para el ganador si es que existe. Y en ese momento de la muerte momentánea del que perdió (como definiría la derrota el GM Lautier), viene el post mortem, en donde se dedican los minutos finales a revisar qué pasó, qué cosas se hicieron bien y mal.

Desde luego que para jugar correctamente al ajedrez se requiere de concentración, de conocimientos, de entender lo que está pasando en el juego. Eso no se puede aprender de la noche a la mañana y lleva muchos años en general, aunque los nuevos prodigios, como Magnus Carlsen o Karjakin nos muestren que no se necesitan demasiado años para llegar a comprender profundamente el juego ciencia.

En el libro How to Think in Chess, de Jan Przewoznik y Marek Soszynski, de la editorial Russell Enterprises, los autores plantean algunas interesantes ideas para progresar en este curioso arte de hacer las buenas jugadas. A diferencia de la mayoría de los libros de ajedrez, aquí los autores armaron todo un capítulo sobre el entrenamiento psicológico. Dicen los autores (la traducción es mía): "No hay duda alguna de que todo jugador de ajedrez que intenta un desarrollo ulterior debe trabajar en sus propios métodos de auto-disciplina, regimen de torneos, preocupación por alcanzar el pico en la forma deportiva y física, etc. Aquí mostraremos un posible modelo de un método sistemático de auto-desarrollo". Y sigue más adelante: "El programa descansa en cinco 'pilares':

  • Hacerse de metas
  • Pensamiento positivo
  • Manejo del stress
  • Desarrollo del carácter
  • Imagen propia positiva"

Sin duda que hay un amplio margen para la psicología dentro de lo que es el ajedrez. Los estudios de Adrian de Groot, por ejemplo, apenas rozan la superficie de este tema dentro de nuestro juego.

A partir de este método, bosquejado por Przewoznik y Soszynski, se me ocurrió que utilizando la computadora era posible ayudarse a llevarlo a cabo. Y de ahí surgio la posibilidad de incluir en la preparación ajedrecística los mensajes subliminales.

Se denomina percepción subliminal a la captación de un estímulo que, por diversas circunstancias, como baja intensidad, falta de atención o breve duración del mismo, no alcanza la representación consciente y, sin embargo, determina la conducta de la persona al margen de su voluntad consciente. El nombre de percepción subliminal, atendiendo al significado de la palabra, alude solamente a la captación de estímulos por debajo del umbral sensorial mínimo y, por extensión a los que se hallan encima del umbral absoluto superior. Todo mensaje que es transmitido en un nivel inferior a la percepción consciente es considerado subliminal, sea éste auditivo o visual.

Podemos señalar tres tipos de estímulos subliminales:

  • Los visuales: palabras o dibujos camuflados en un anuncio publicitario, una película...
  • Los auditivos: mensajes de baja intensidad que se esconden tras algún tipo de música o sonido
  • Los visuales de corta duración (milésimas de segundo)

Una de las técnicas más utilizadas en la percepción subliminal es la de pasar de una forma rápida una serie de imágenes, una tras otra, con escaso margen para registrarlas en la mente. A veces a se aplica de forma tan rápida que apenas es posible captar conscientemente el mensaje. Otra técnica es el uso de ciertos sonidos que pueden impactar en la mente y pueden estimular los recuerdos y hacer que se asocien ideas determinadas a esa música. Nuestras emociones pueden ser utilizadas para provocar un deseo de respuesta.

Un poco de historia

La primera mención registrada sobre la percepción subliminal es la realizada en los escritos de Demócrito (400 a.C.), que sostuvo que "mucho de lo perceptible no es percibido por nosotros". Platón habló de esta noción en su escrito Timeo. Aristóteles explicó de modo más detallado los umbrales de la conciencia subliminal en su Perva Naturalia hace casi dos mil años, y parece se el primero en sugerir que los estímulos no percibidos de modo consciente bien podrían afectar los sueños. Hace 2.250 años Aristóteles explicó en su teoría del Sueño: "Si los impulsos que tienen lugar durante el día no son demasiado fuertes y poderosos pasan inadvertidos debido a impulsos altamente despiertos. Pero mientras dormimos tiene lugar lo contrario, entonces los pequeños impulsos parecen grandes. Esto aclara lo que pasa en el sueño. Cuando sólo hay ecos débiles en sus oídos los hombres creen que se trata de algo relampagueante y extraordinario".

Ya en 1957, James Vicary, investigador del mercado norteamericano, demostró el taquistoscopio, máquina que sirve para proyectar en una pantalla mensajes invisibles que pueden ser captados por el subconsciente. Durante la proyección de una película aparecía un fotograma (En el cine se muestran 24 por segundo) con el siguiente mensaje: "Tienes hambre, come palomitas. Tienes sed, bebe coca-cola". El resultado fue asombroso: La venta de palomitas se disparó un 57.7%, mientras que la de la bebida tan sólo un 18%.

¿Cierto o falso?

Independientemente de que sea cierto que es posible influir en el comportamiento y hábitos de las personas a través de mensajes subliminales, es evidente que se hace uso de estas técnicas desde hace muchos años. No se necesita ser un genio para darse cuenta que, por ejemplo, en la televisión, los actores y actrices influyen en la moda cotidiana. Si ciertas estrellas de la farándula usan algunos accesorios, o fuman, o se visten de una peculiar manera, sin duda alguna su influencia alcanzará a un nicho (pequeño o grande) de la población expuesta a estos estímulos. Porque estos mensajes sobre la vestimenta, los accesorios o modos de comportarse no se dan directamente (como en un anuncio comercial de un producto), sino que aparecen como parte de dichos actores y actrices

La computadora, el ajedrez y los mensajes subliminales

Es claro que en la actualidad, el uso de la computadora es prácticamente universal. Empresas, grandes y chicas, así como escuelas y finalmente, los domicilios particulares, cuentan cada vez más con computadoras personales. En el ajedrez, quien actualmente no usa computadora para apoyar su estudio está en desventaja contra quien sí lo usa. Los jovencísimos que ahora juegan a un nivel extraordinario, no me cabe duda, son producto en muchos sentidos, de este apoyo computacional que durante muchos años no se tuvo.

Algunos piensan que mediante la computadora personal es posible ayudar -mediante mensajes subliminales- a dejar de fumar, por ejemplo, enviando letreros alusivos al respecto a la pantalla por muy poco tiempo, tan poco como para que el consciente no pueda advertirlo. De esta manera se han diseñado multitud de programas que precisamente hacen esto: enviar mensajes muy específicos a la pantalla, por tan poco tiempo que los usuarios simplemente no lo notan, pero que de ser cierta la teoría subliminal, podrían estar influyendo en el comportamiento y hábitos de las personas.

A partir entonces de todo este conocimiento previo y de la idea de los autores de How to Think in Chess, desarrollé un pequeño programa que permite incluir mensajes subliminales cuando se usa la computadora. El usuario puede entonces incluir los mensajes que quiera y guardarlos para ser usados una y otra vez. Tenga en cuenta que los mensajes subliminales deben ser cortos, directos y al grano. Por ejemplo: "Juego bien al ajedrez", "Busco ser gran maestro", "haré una norma de MI en mi próximo torneo", "debo confiar en mi cálculo de variantes", etc. La intención al final de cuentas es hacerse de una auto-imagen positiva, amén de adquirir confianza en nosotros mismos (¿no le ha pasado que uno tiene desconfianza de sus propias fuerzas ajedrecísticas cuando enfrenta a un jugador supuestamente superior?).

Es evidente que todo sistema de mensajes subliminales podría ser usado con fines malintencionados. Para evitar esto, mi programa no esconde al usuario información alguna de que está ejecutando un programa de esta naturaleza. Puede, además, apagarlo si se fastidia o si ya no le interesa. El asunto es que siempre esté informado de lo que hace este sistema, todo mientras los investigadores en el tema se ponen de acuerdo si los mensajes subliminales funcionan o no.

Desde luego, y como en todos los temas, hay opiniones encontradas. Unos aseveran que los mensajes subliminales funcionan, otros en cambio afirman que lo que no se ve no se puede procesar, y por ende, no puede llegar a afectarnos o a modificar nuestro comportamiento. Por ejemplo, el ahora en dificultades, el excampeón del mundo, Bobby Fischer, a la pregunta de si creía en la psicología contestó: "No creo en eso, creo en las buenas jugadas". (en la Monografía sobre Robert Fischer, del GM Huebner, de Chessbase, aparece el vídeo donde se muestra precisamente esto en una entrevista quer se le hiciese a Fischer en sus años de gran jugador).

Para quien le interese el programa de los mensajes subliminales, lo puede pedir a mi cuenta morsa@la-morsa.com y a vuelta de correo lo recibirá de forma totalmente gratuita.

Nota final: es posible usar el sistema de mensajes subliminales para otro tipo de aplicaciones o temas. Aquí se ha enfocado al ajedrez, buscando precisamente un elemento más para mejorar en el propio juego.

 


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